Cerdos salvajes

Los jugadores son multimillonarios que especulan en el mercado de alimentos y materias primas.

Por turnos, se roba una ficha de dominó y se intenta poner sobre la mesa siguiendo las reglas del dominó.

Si se pone en el lado previamente definido como “arriba”, el inversor ha ganado dinero y roba otra ficha para guardarla en su mano.

Las ganancias se pueden acumular o gastar para narrar una desgracia que le ocurre a otro inversor, el afectado puede a su vez usar lo acumulado previamente para evitar, devolver o rebotar dicha desgracia.

Gana el que sume más puntos, restándose los del perdedor para atenuar la desgracia, en caso de rebote, el nuevo afectado puede invertir ganancias para repetir este proceso.
Si la ficha puesta en el tablero se encaja en la parte “baja”, el beneficio a sido a costa de provocar una hambruna o catástrofe que narrará con detalle el jugador situado a la derecha.

Si se acumulan más de cinco fichas en la mano, el jugador situado a la izquierda robará una al azar y la aplicará como desgracia al jugador acaparador, por exceso de stock.

Nadie gana.