Has muerto pero has sido mal juzgado. Estás en el Limbo de la Verdad. Puedes ascender a otro plano de existencia pero el precio a pagar serán tres almas humanas. Como Juez que serás, la Verdad será una incógnita.
Por turnos, rota el papel del Juez. El resto de jugadores formará el Tribunal y contará cada uno algo sobre una misma persona a punto de fallecer que puede ser verÃdica o no. Cada jugador tapará una moneda con su mano. Cara: lo que ha dicho es cierto. Cruz: lo que ha dicho es mentira. El Juez, tras escuchar cada hecho, decide si sigue viviendo o no. Tras la elección, el Tribunal revela las monedas.
Si el Juez decretó que morirÃa y la mayorÃa de hechos establecidos eran verdad, la muerte es correctamente juzgada y el Juez se suma un alma. Si la mayorÃa de hechos eran mentira, el alma es incorrectamente juzgada y el jugador se resta un alma.
En el caso de que se le perdone la vida al juzgado, si la mayorÃa de hechos eran mentira, el Juez se suma un alma. Si eran verdad, el Juez se resta un alma.
Si hay empate, no se modifica nada.