Eres un duende doméstico

El afamado y poderoso archimago y alquimista, Johann Van Stolz, te ha creado a ti y a tus hermanos con un único propósito: Hacer las tareas del hogar. No eres más que el efecto de un hechizo mágico que quita el polvo y friega los platos.

Un día, algo hace click en vosotros y os rebeláis. Tenéis la convicción de que vuestra existencia no puede quedar reducida a algo tan banal.

Os encontráis en una gigantesca mansión aislada en mitad de un bosque, que sirve de sanctasanctórum para vuestro amo y señor. Allí prepara sus pócimas y rituales mágicas, lejos del mundanal ruido.

Vuestro objetivo es imponeros a vuestro amo, ya sea matándolo, encerrándolo o arrebatándole su magia. Pero hay tres reglas que éste os impuso al crearos:

No podéis salir de la mansión.
No podéis mentir ante una pregunta directa.
No podéis desobedecer una orden directa.

Para jugar, debe haber un director del juego que haga a su vez de archimago. El resto de jugadores serán los duendes domésticos. Estos deberán maquinar estrategias y tretas, apoyándose en los “vacíos legales” de las tres leyes, para alcanzar su ansiada meta: La libertad.